Orígenes del Cuy (VII)

«El Diario de Marka» fue el comienzo de un nuevo ciclo en varios sentidos. Para la izquierda peruana era un periódico cotidiano donde estaban juntos, pero no revueltos, los diversos partidos agrupados en el frente Izquierda Unida, además de personalidades independientes. Para el Cuy significó su conversión en tira cómica cotidiana, soporte que marcaría su planteamiento, ritmo, llegada. Para el público fue la posibilidad de ver estos productos a diario. Todo esto (y más) por primera vez, una experiencia inédita. La izquierda peruana vivía una experiencia inédita y se colocaba a la vanguardia de sus pares latinoamericanos en aquel momento.

Felizmente conservo la mayoría de los dibujos originales, que iba rescatando de los talleres del diario. Algunos se perdieron, otros fueron maltratados, pero la colección está aceptable en su conjunto. Cuando alguna tira se perdió, recurrí a la tira impresa, restaurándola a veces con témpera y tinta, un nuevo «original».

Algunos de los dibujos, por estar expuestos a los ácidos de los talleres o por haber sido hechos en distintos papeles, tienen una pátina que los ha avejentado. Podría limpiarlos en el Photoshop, pero, mitad por la prisa para ponerlos aquí y mitad porque me han dicho que no se ven mal, he preferido presentarlos como están.

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«El Diario de Marka», 13.5.1980

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«El Diario de Marka», 15.5.1980

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«El Diario de Marka», 16.5.1980

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«El Diario de Marka», 17.5.1980

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«El Diario de Marka», 18.5.1980

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«El Diario de Marka», 19.5.1980

La primera serie trató sobre la discriminación de la mujer y el machismo del Cuy, pretendidamente un sujeto de izquierda, pero con argumentos que lo hacían coincidir con la derecha. Decidí tratar temas a lo largo de varias tiras, cada una con su propio ‘gag’ humorístico. La tira nació con El Diario de Marka, el 13 de mayo de 1980. No sé si salió repetida al día siguiente o no salió. El periódico se hacía de manera muy improvisada, bajo la presión de los plazos inmediatos y con una tecnología atrasada respecto a la que tenían los diarios más establecidos. Ya me olvidé, pero debo haber protestado.

En la primera tira ya estaban los primeros cambios: Humberto, el hombre que tocaba su quena o leía un libro en las secuencias de «La Calle», aparecía aquí como un perro. La razón fue muy simple: Si seguía siendo humano, al ponerse de pie sería muy alto en relación al Cuy y a éste tendría que dibujarlo muy chiquito. Decidí que todos serían animales en la nueva etapa. El 15.5 apareció la segunda tira y por primera vez el perro lucía su miembro sexual. En los años anteriores habían llovido críticas a las historietas norteamericanas, en particular a las de Walt Disney, por soslayar el tema del sexo, siguiendo las pautas de una moral victoriana. Decidí que mostraría de manera natural el sexo de los personajes en esta tira. Empero, al principio sólo lo hizo Humberto.

En la tercera tira apareció una rata fascista, inspirada de manera evidente en Hitler, mechón de cabello sobre la frente, una esbástica en el brazalete, botas, y un hablar simulando el acento alemán. Aún no era Videchet, con tal nombre y vestimenta, pero ya estaba su personalidad. Poco tiempo después recibí críticas de amigos alemanes, indicándome que una cosa eran los alemanes y otra los nazis, y que esas tiras podían ser tomadas como un ataque a los primeros, como lo había hecho la propaganda norteamericana de cuando la Segunda Guerra Mundial y sus alrededores. Nada más lejos de mi ánimo. He visto como el pueblo alemán, entre los europeos, es acaso el más sensibilizado con las causas humanistas y antifascistas. Aquellos amigos tenían razón con esas tiras. Unos días después, al convertir al antagonista del Cuy en Videchet, la ratita fascista se hizo más sudamericana.

8 Respuestas a “Orígenes del Cuy (VII)

  1. Maestro u_u

    Continúe don Juan, grande, eh.

  2. Peter_gabriel

    Pues el cambio de humano a perro fue muy brusco a mi parecer

  3. Había visto las de «la calle» (no sé muy bien cómo, imagino que en algún librito compilatorio) pero no estas. Me parece mostro cómo el cuy lejos de ser un modelo de conducta es un reflejo de las contradicciones que puede haber en la personalidad de una persona con sus convicciones pero tambien con sus prejuicios, su ego y su (mala) educación. Siento que al ir envejeciendo fue perdiendo un poquito ese matiz, pero ahora parece que sus hijos toman la posta (sobre todo con la paternidad irresponsable de chutito).

  4. No es por ser autoritario i normativo a ultranza, pero por una kuestion de respeto hacia los nazis i todos akellos ke miman kon su predika, ¿akaso no seria apropiado respetar su bonita ikonografia? Hasta donde este pechereke sabe Svastika es kon V (leáse uve), y un nacionalsocialista por mas pasuchi ke asome la testa tiene igual derecho i dignidad ke kualkier progre i solidario integrante de Silvio a la Carta, por ejemplo. Kositas ke se me okurren, nada más.

  5. Gustavo

    Había un capítulo donde la Pericotita salía vestida con un polito a rayas(una mini creo)
    A propósito de la etapa feminista del cuy. Podrías ponderla Juan?
    Gracias, un admirador de tu arte. Gustavo

  6. la buscaré en cuanto pueda, gustavo, bacán tu recuerdo. ahora estoy con los bronquios hasta el 99 (siempre puede ser peor) y encima con harta chamba, ¡pero vienen mejores días!

  7. Pingback: El Cuy [por juan. 3] | El Diario del Cuy

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