En el «detrás de cámaras» de la semana pasada, vimos que había tapadas de diversos estamentos sociales. Un viajero
europeo del siglo XIX, contaba que había visto a una tapada que le avivó el ojo y atraído por sus curvas la fue siguiendo para ver dónde vivía, y que entonces, para su desilusión, advirtió que ella era negra. ¿Y…?, diríamos ahora, pero aquel viajero, obviamente era racista.
Las tapadas eran diversas y el manto que protegía su presunto recato e identidad, según el caso protegía ciertas libertades que ellas se tomaban. Había una calle en particular, donde había vendedores ambulantes de dulces y otros comestibles, y también tapadas que acostumbraban que el caballero que pasaba por allí las invitara con lo que pidieran. ¡Ay de aquel que no cedía a sus antojos! Lo llenaban de insultos y más ocurrencias que los hacían enrojecer y salir apurados.
En fin, nuestro buen amigo Humberto se encuentra aquí con una y veamos cómo le entra al asunto.
(Un clic en la imagen y la verás mejor)
Me gusta este apunte, sencillo, suficiente, misterioso, de una tapada limeña, por Pancho Fierro. Bonito detalle del pie pequeño en el calzado con pasadores.
Acuarela de Pancho Fierro (primera mitad del siglo XIX). La moza que va a caballo se llevará una botella, supongo, de pisco. Como se ve, la jinete monta con las piernas separadas y no con las dos piernas del mismo lado, que en otros ámbitos se estableció que era la forma apropiada para las mujeres.
Acuarela de Pancho Fierro (1820). Me disculpan esta foto con reflejo, la hice en una exposición en la Galería Pancho Fierro, muy buena, que organizó la Municipalidad de Lima. Allí vemos a un arriero y sus acémilas que llevan pipas de pisco (y al que llama «aguardiente de Ica»).
Hola,
Prometedores los pechos de la tapada. Humberto se va de avanzada.
si nos fijamos en el cuerpo de la tapada (y de las demás) que juan destaca con el «detalle» de los pies pequeños, convendríamos en dos cosas: 1. que la diferencia entre el uno (el cuerpo) y los otros (los pies) es desproporcional. la mentada tapada se caería al primer paso. 2. y en que ese pancho era chino. y de los chinos que por admiración a los pies pequeños consintieron en una de las aberraciones más grandes que se pudo cometer contra las mujeres, como fue el de achicarles los pies mediante vendajes hasta el punto de quebrarlos con tal de conseguir el propósito: convertirlos en miniaturas
el tal pancho y sus pies femeninos, por mí, se pueden ir al carajo
Necia, ¿es sobre Pancho Fierro que dices que era chino? Supongo que estás de broma, así que escribo esto por si acaso.
El famoso mulato limeño Pancho Fierro vivió entre 1807 y 1979. En Wikipedia hay un buen recuento de su biografía (¡es una linda página!, recomiendo visitarla y ver su vida y buenos ejemplos de sus dibujos). Algunas cosas más se puede enterar uno por sus acuarelas y algunas anécdotas sobre ellas, Ricardo Palma lo llama con insistencia «el Goya peruano» (que no diría tal cosa yo, pero se puede tomar como muestra de cariño). Hijo de cura español y de una esclava negra de la casa del abuelo, don Antonio Rodríguez del Fierro y Pollos, superior del Tribunal del Consulado de Lima y coronel del Batallón de Milicias del Comercio de Lima. ¿Cómo sería la vida del niño Pancho Fierro? No hay datos, pero podemos imaginarlo, por el lado paterno todo el abolengo de un vecino principal en la Colonia y por el lado materno la condición de la esclavitud. Encima el papá fue para cura. Entre uno y otro dato en aquella sociedad, estaban las condiciones naturales del niño: Tenía talento para el dibujo. No me entrego más con la imaginación y paso a los historiadores del arte, que con Pancho Fierro han tratado de cubrir un vacío en la historia del arte peruano, y es que al caer el virreinato, muchos artistas españoles se fueron y por varios años quedaron truncos los talleres de esos maestros, donde los jóvenes peruanos que querían ser pintores hubiesen podido aprender. Pancho Fierro hizo una que otra pintura al óleo, pero sobre todo destacó como acuarelista autodidacta, tocando con amor y humor los temas típicos de Lima, a través de su gente y costumbres. Por ejemplo, era proverbial el pie (o, más bien, piececito) de limeña, que efectivamente, en algunos casos era natural y primoroso, y en otros, cuando la madre natura no otorgaba ese detalle, se obtenía a punta de apretar el pie con el calzado o vendas para que no creciera.
necia
De las viñetas no se puede saber si los pies son chiquitos o no.
Deben haber sido muy provocadoras las tapadas. Uno las miraba contonear las caderas y de seguro se imaginaba que cualquiera de ellas te podría hacer volar al otro lado del desamparo.
Saludos.
no sé si él trataba de mofarse de los limeños amantes de los pies pequeños en sus dibujos o si él era admirador de los mismos. me inclino por lo último. lo de chino lo dije por burla. nadie me entiende en este blog 😡
necia, lo dije, supuse que estabas de broma, y es que en este blog has pegado tamañas patinadas…
¿patinadas yo? tamaños zapatasos los que he dado, dirás. patinada la tuya de querer poner a leo como inventor del tornillo, poniéndolo de santo con velas ajenas
¡bah! aquí a todos los mirones les falta un tornillo
patinadazas, Necia, por ejemplo en cosas del habla popular (no saber que es ‘chucha’, ya es de antología). sobre zapatazos que has dado, no me fijé en tus tabas, pero puede ser.
por otra parte, sigo esperando los links que ilustren a los lectores sobre quién y cuándo inventó el tornillo. al menos el Baterillero nos habló de los clavos espiralados, pero, Necia, eso de decir que fue Arquímides… Está gracioso, pero, ya, pues, danos los links