El Cuy [por juan. 842]

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Hacer clic sobre la imagen para verla con mejor definición. La tira es de 1986 y entonces se publicó en una sola banda, en el diario “La Razón”, que dirigió José María Salcedo. Aquí la presentamos en dos pisos para favorecer su lectura.

5 comentarios

Archivado bajo El Diario del Cuy

5 Respuestas a “El Cuy [por juan. 842]

  1. Consultor

    No sé quien dijo que para hacer tortillas hay que romper huevos… era un barboncito, sí… pero estoy seguro que no fue Jesús… 😀

  2. Hola

    La muerte desata su acción macabra. La insensatez acaba con la vida. Es la siniestra fiesta de las tinieblas.

    Saludos

  3. Pero ya se sabe cual fue el lema de esos tiempos, era mas o menos asi?: «o mueres de hambre oprimido en tu chacra o mueres luchando por tu libertad» Kausachun puca llacta!! Efectivamente, Don Carlos, insensatez.

  4. Alexéi

    Me parece, crítica, que con el tema de la muerte enamorada y casquivana se te fue la mano, exageraste un poquito. Cuando Videchet le dice «coqueta, sé que sales con Senderito», el chiste es bueno y la metáfora o alegoría es clara. Ambos bailan con la muerte. Después exageras, el significante desplaza al significado, el símbolo a lo simbolizado y se banaliza el mensaje. Es mi opinión. lo mismo le pasó -mi opinión- a tu tocayo San Juan de la Cruz.

  5. Alexéi, tremenda lección que me estás dando. Es posible que eso haya ocurrido, mas… Qué te puedo decir, La Muerte aquí es súper femenina, eso me gusta también. Es posible lo que señalas, si lo pienso desde quien sufrió la muerte de seres queridos, pero también creo que es justo bailar porque sí, por amor a la vida, y en tal caso la celebramos con todo, ese todo incluye a la muerte. Ahora estamos conversando de esto, en algunos años, ojalá que más que los que imaginamos, ya no estaremos. En algunos años, menos que los que imagino, tal vez sienta pena de la juventud que ahora tenía (camino a los 64 años). Si pensamos en nuestra rutina, tal vez podamos acertar en lo que estaremos dentro de unos años, Pero quizás ni con ésas, la vida puede sorprendernos, qué será de nosotros. Discúlpame por estos devaneos, escribo como quien piensa en voz alta. En las tiras acuso a los de Sendero y a los de las FF AA que obraron como enamorados de la muerte, pero ahora, luego de leerte, he venido a dar con que quizás yo me enamoré, o al menos me gustó, mi personaje La Muerte, y entonces perdí los estribos, la seriedad, no aquilaté el valor que podía tener representar a la muerte, especialmente en aquellos años, pero también en otros. Ahora, compararme con mi tocayo el Doctor de la Iglesia, me parece que exageraste. Aunque, quién sabe, en el siglo XXIII la Iglesia podría vivir un período de incertidumbre y me dan el Doctorado Honoris Causa. Gracias y un abrazo

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