Tengo que admitirlo: No soy tan fuerte de carácter como quisiera. Tampoco tan débil, es verdad, pero lo que me inquieta ahora es que no tan fuerte. Por ejemplo, varias personas en el Facebook y aquí en el blog me han estado reclamando que no muera el Cuy, y es más: que aparezca ya. Yo estaba dándole el tiempo que requería internamente, mientras hacía el guion. Se me ocurrió que podría no aparecer en esta aventura, y que Humberto y Pelito tuviesen que arreglárselas solos, y que el Cuy apareciera cuando ya hubiese comenzado otra aventura, lo que podía ocurrir en unas tres o cuatro aventuras más, casi cuando ya todos se hubiesen acostumbrado a que no estuviese. Estaba en esas divagaciones cuando surgió la noticia de que Paolo Guerrero no podría jugar este Mundial, castigado (de manera injusta, me parece) cuando es el hombre al que debemos tanto de la clasificación, el delantero al que debemos tantos triunfos agónicos o empates cuando ya parecíamos perdidos, de pronto aparecía ese hombre solo, sin nadie que lo acompañase, peleando una pelota, y un toquecito antes de ser bloqueado, un fragmento de segundo antes de que ya no alcanzara la pelota, lograba darle y por ese rinconcito que no adivinaba el arquero… Gol peruano, 3 puntos más, o por lo menos 1. Luego, cuando lo alucinábamos con la blanquirroja dirigiendo al equipo, ¡juá!, nos lo quitan. También es verdad que hubo partidos que el seleccionado peruano ganó sin Guerrero, pero eso no quita que es necesario. Mundial es Mundial, el sueño de todo jugador, y el pata no podrá jugar. ¿Pasaría algo así con el Cuy si decidía separarlo del elenco por un par de años? (Bueno, no tanto, porque el año que viene cumple 4o años exactos y allí sí que no iba yo a resistir la tentación de celebrarlo).
Entonces, aquí tienen que el Cuy aparece como un muerto y de repente golpea con una vitalidad contundente, como en sus mejores tiempos. No les cuento más, ya están viendo esta reaparición, y yo no sé si hice bien en ceder.
Algo semejante me ocurrió en 1980, cuando el Cuy aparecía de lunes a sábado en «El Diario de Marka». Se me ocurrió un día reemplazarlo por una tira de Googie o Tribilín, el amigo del Ratón Mickey. La gente comenzó a llamar por teléfono al periódico, reclamando la presencia del Cuy. Yo tenía pensado publicar las tiras de Walt Disney por una semana, quería mortificar al respetable público, hasta que en el diario no aguantaran más la presión y me conminaran a reponer al Cuy. Pero, al ver las reacciones de los lectores el primer día, me dio un sentimiento parecido a la pena, como que mi broma se había pasado de la raya, y al día siguiente hice una tira que era una suerte de explicación. Ahora, cuando repaso esas páginas, sé que no debí ceder, que la idea era buena, pero que mi corazón de cuy me traicionó. En este trabajo, como en cualquier otro de tipo creativo, hay que ser más recio, y si tienes una buena idea, debes seguirla, cueste lo que cueste.
Lo siento, les ofrezco mis disculpas, he cedido, merezco una recriminación. La próxima vez seré inclemente.
¡bah! si yo siempre supe que el cuy reaparecía en cualquier momento, ¿a qué vienen las disculpas? a mí nunca me pareció una buena idea que se muriera el cuy, no me considero aludida en esas disculpas, ¡bah!
bien rata esa rata, ¡lo odio! si yo estuviera ahí, ¡lo patearía en las pelotas! ¡desgraciado! jugar así con los sentimientos de mi pelito 😡 cuy, ¡dale duro!
Llega junio, y dicen las cabezas en mi trabajo, nadie va a comprar educación en junio porque todo el mundo no se quiere perder los partidos del mundial, incluso se suspenderan las clases cuando juegue Perú, a mi me joroba eso es malo para la economía de varias personas y me incluyó… que otros empleos se paralizaran durante el mundial? Baterillero, ustedes seguirán trabajando los sábados en la mañana???
Hola Sand
Tenemos un problema, el partido contra Dinamarca. Es un sábado a las 11 de la mañana. Nosotros con los Cuentacuentos y títeres, empezamos a las 11:30. Dudo que alguien asista.
Saludos
Exacto a eso me refería, y en general así juegue o no Perú… como que te cancela todo tipo de actividad de reunión que no sea con un televisor en frente.
No me imagino dejar de ver a la gloriosa selección peruana de fútbol en un mundial. No existe consideración válida, sea cultural, menos económica, ni siquiera amorosa, que me haga reconsiderar la oportunidad de reafirmar mi identidad peruana y futbolera, sentirme parte del sentimiento esperanzado de toda una nación de un triunfo deportivo que nos haga sentir mejor. Como dice la canción, tengo pintada la cara de color esperanza.
No estoy de acuerdo con eso. Pero prefiero evitar discusiones. No creo que dejar de ir a trabajar o de que un niño deje de ir al colegio, o que un doctor no vaya al hospital a atender a sus pacientes cuando Perú esté jugando un partido signifique que sea menos patriota…
Hola
Por mi que cada uno opte por lo que les plazca hacer.
El día sábado 16 a esa hora juega Dinamarca. Me sorprendería que al menos hubiera un espectador esperando escuchar cuentos.
Sobre el trabajo, bueno dependerá de los acuerdos en los lugares de trabajo. Una idea quizás sea declararlo feriado no laborable. Total PPK ya dio el antecedente.
Saludos
jajajajaaa Apasionado OrCorzo, ya vemos que tu primera pasión es el fulbo… Así que no vale ninguna consideración, «ni siquiera amorosa»… 😀 Vamuaver cómo nos va. Niños del mundo, si cae Perú -digo, es un decir-, si cae… No sé si poco a poco volverán las consideraciones. Pero, entre tanto, tiene sentido lo que dice Orlando, y aunque lo que reclama Sand está lleno de razón, pues, así es el fulbo…
pues ni que perdieran tanto los cuenta cuentos o los titireteros cancelando las actividades que coincidan con los juegos ¡bah! ¡quédense en casa o mejor aún, reúnanse a ver los partidos juntos! después, hasta más cuentos que contar tendrán
y el sand que no vea los partidos y ya, ¿cuál es el problema? yo planeo acudir a las reuniones para ver los partidos como siempre, o mejor dicho, a cocinar para los que ven y vivir mi momento en la cocina con los que no son fanáticos y ya. . y eso que no soy futbolera…
que falta de empatía Necia, con la gente que no podrá desarrollar su trabajo de manera normal, que perderá ingresos inclusive por todo un mes paralizado…
No solo para los trabajan, sino para los que esperan hacer uso de los servicios de salud del estado. Te imaginas el día que juegue Perú todas las miles de consultas médicas que se perderan porque los médicos ni enfermeras iran a trabajar al hospital del seguro ni a los hospitales del Minsa, decenas de miles de niños y ancianos que no podrán atenderse (mas aún en invierno) porque para los médicos y enfermeras ser patriotas es quedarse en casa a ver el partido que solo dura 2 horas y no ir a trabajar todo el día…. lo mismo aplica en los colegios, poder judicial, oficinas de atención del estado…
Los únicos que si aprovecharan los partidos de Perú para hacer sus cochinadas serán los congresistas encabezados por los fujimoristas y apristas quienes comenzaran sacar sus cochinas leyes en perjuicio de todos los peruanos y en beneficio de sus propios intereses y la de sus líderes y sus benefactores ilegales.
Todo esto me hace recordar a 1988 cuando las matadoras disputaban la medalla de oro ante la Unión Soviética, «Medalla de ORO!!!!» tenía 10 años y todo transcurrió de manera normal, mientras veía el partido de voley por la Televisión mientras tomaba el desayuno, salí al paradero a tomar el omnibús para el colegio y todo transcurrió de lo más normal, nadie paralizó clases ni se paralizó el país, hasta en radio a transistores la gente seguía lo que ocurría en Seúl.
Sandoval, a mí también me inquieta que todo, TODO, en nuestro país lo estén dirigiendo hacia el fútbol. Desde luego, me alegra que el Perú haya clasificado y me alegrará más si hace un buen papel (la ausencia de Guerrero es significativa, aunque el resto lo viene haciendo de manera meritoria). Pero, aun con esas, me parece exagerado que al ir al banco el día del partido, me encuentre a todos los empleados con la camiseta de la selección. Y al entrar luego a un súper mercado, me de con que todos sus trabajadores estén con esa misma camiseta. En ambos casos, la camiseta reemplazó al uniforme. ¿Alguna otra actividad tuvo antes tanta propaganda? Ninguna. ¿Somos un país o un barrio que ha salido del anonimato? Repito: Me gusta el fútbol, veré al Perú en el Mundial, pero temo que esta exageración dañe a más de una generación que está recién formándose, o por formarse, o deformándose.