La tira es de 1990 y entonces se publicó en una sola banda, en la revista “Sí”, dirigida por Ricardo Uceda. Aquí la presentamos en dos pisos para favorecer su lectura.
La tira es de 1990 y entonces se publicó en una sola banda, en la revista “Sí”, dirigida por Ricardo Uceda. Aquí la presentamos en dos pisos para favorecer su lectura.
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neurosis, aislamiento desintegracion…
me pregunto que me trae la muerte y pienso que si, afecta, pero mucho mas cuando se lleva a un ser amado. algo asi como la muerte que notificaban los periodicos en otros lados y la explosion de tarata en pleno miraflores, que hizo que al fin, los limeños se enteraran que teniamos una lucha armada en casi todo el peru (digo casi porque iquitos fue un paraiso, no hubo conflicto armado en esa zona, asi es que no intenten conversar con un loretano que haya vivido en su ciudad en esa epoca, de sendero, de terroristas, de coches bomba, etc porque eso es mandarin para ellos)
a mi, en particular, el sentimiento mas intenso y desgarrador que pudo dejarme la muerte es ese estado de desconcierto que queda cuando un ser amado se va y uno queda para tratar de reinventarse la vida sin esa persona al lado. me paso de niña cuando murio una compañerita, de adolescente con el accidente que me arrebato a mi mejor amigo, de adulta al perder a mi madre…
el desconcierto que deja la muerte es peor que el dolor, que con el tiempo pasa. es como caminar sin trocha como dirian en la selva. como que tenias un camino antes de la llegada de la parca y cuando esta se va, queda una selva agreste en la que tienes que abrirte camino con lo que tengas porque el que estaba antes, ya no esta
pero asi es la vida, hay que perseverar hasta el final. el otro camino es seguir a la flaca sin que nos haya visitado y asi no juega peru! al menos yo, asi no juego!
la muerte, esa gran desconocida…